martes, 14 de abril de 2015

Maravilloso maestro,  te vas el día del beso, y nos dejas huérfanos de tu mirada.
Tuve un amante, a quien además amé,  me invito a la cama, con tu cuento el amor.
Originalmente maravilloso, encontró la forma de curar mi desidia diaria. Las palabras me seducen y vos encontraste la forma exacta de ellas. Consuela que aún seguís aquí pero tu mirada se va y con ella algunas maravillas.
Vienen rodando lagrimas desde ayer, te  siento tan cercano.
Te abrazo .

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