tus dedos en mis adentros con cantos de besos gemidos.

Mi cuerpo, al igual que el de muchas mujeres es mi barco de cicatrices.
Algunas visibles, que pueden recorrerse de principio a final.
Es también el recipiente de mis culpas.
Y el vaso de placer permitido.
Pasa el tiempo, me deja dolorida.
Me enseña que aun no he recorrido todo.
Me trae recuerdos, se enciende mi piel.
Se seca  mi boca , se esconden mis ojos.
A veces no puedo mirar y otras solo te miro.
Sin duda al conocerte miro tus manos.
Ellas se encontraran con mi cuerpo, con este cuenco que quedara algún día
a merced de la Catrina.

En el estudio de los cuerpos celestes, efemérides es una tabla de valores que da la posición de los objetos astronómicos( desde el sol hasta las supernovas o las galaxias) en el cielo, en un momento dado. 
Momentos, como los que mencionas aquí, la diferencia radica que esta posición nos iguala en los desastres. Los días, vacíos o llenos, son nuestros. Nacerán nuevos, permanecerán, se compartirán y hasta se olvidarán. Simple como el abrazo.
Un abrazo.

No hay lugar mas privado que la memoria, claro,  eso hasta que los recuerdos se convierten en palabras. En ese momento se transforman  por segunda vez. Hay acciones que nos conectan con otros seres humanos o nos sorprenden. Jugamos, a veces solo por jugar.

Como amar sin pedir nada a cambio.
Sin necesitar nada a cambio. Benedetti.
Que domingo ojos azules, tantas veces, hablamos de la distancia, de la despedida.
Cuando una cita ese momento, siempre utiliza el modo probable, lejos del presente.
La lejanía de ese futuro envuelve todo y va convirtiéndose en una noche mas.
Cuantos días, noches, vuelos, mates. Cuanto en cada uno.
Sublime dijo quien me conoce mejor. Tiempo sublime. Te adoro. No vuelvas a asustarme así.

 Te toco jugar la carta,  dale ojos azules no te me mueras, me debes un vuelo más.