martes, 26 de diciembre de 2017

Aún con el dulzor del sexo en la piel  no es allí donde enfoca mi memoria cuando cierro los ojos. Ya decía  Don Eduardo que recordar es volver  a pasar por el corazón.
Cuando los cierro veo tu cara y tu mano en el pecho asegurándome un absoluto, el tesoro del aroma de un jazmín dedicado a mi existencia, tu almohada y la luz entrando por la ventana. Cada mirada tan profundamente dentro. No,  no me va a alcanzar la existencia para agradecer lo que me haces sentir .
Y sé con  absoluta certeza que jamás podría dejar de sentir dolor si te causo alguno si por esto sos juzgado. Pero aun así no puedo no soñar con una vez más cada vez.

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