lunes, 11 de septiembre de 2017

Rondar las palabras.
Rondar la eternidad sin  medida de tiempo.
Rondarse.
No suelo pensar en finales, quizá por la calma de lo sobrevenido.
o quizá por la tempestad de lo sentido.
Quizá por  el deseo  de un nuevo fragmento, finito, compartido, irónicamente eterno.


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